Historia de las tragaperras

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La aparición de los primeros operadores de apuestas online marcó un antes y un después en la historia de los juegos de azar. Los primeros en legalizarse en 2011 fueron juegos como el bingo online y apuestas deportivas. Algo después, en 2014, llegó el turno de las máquinas tragaperras online, también conocidas como slots y de las apuestas cruzadas.

Fue una legalización que tuvo que esperar unos años y era muy deseada por los operadores de juego online. Hoy en día son tan populares como lo son las máquinas físicas tradicionales. Todos hemos pulsado los botones de una tragaperras alguna vez, pero, ¿sabemos cuándo empezó todo?

Las máquinas tragaperras o tragamonedas son máquinas de apuestas propias de casinos con uno o más rodillos que giran cuando accionas el mecanismo. A grandes rasgos esta sería la definición pero hasta llegar a las actuales han sufrido una interesante evolución. Trasladémonos al Nueva York de finales del siglo XIX donde el póquer servía de inspiración a los señores Sittman and Pitt para montar unos cilindros que girarían mostrando diferentes imágenes de cartas hasta detenerse mostrando cada uno de ellos una de las cartas impresas.

Una palanca que funcionaba si previamente habías introducido una moneda era la manera en que los potenciales jugadores podrían arrancar el juego. En aquella época no tenían todavía una abertura por la que un premio en monedas recompensara la combinación ganadora, pero se recompensaba con alguna ronda gratis en el bar donde servía de distracción. Era complicado que facilitara premios en metálico porque las posibilidades de hacer formar una figura eran demasiado altas.

En esa misma época y de la mano de Charles Fey, que era bávaro de Vohringen pero vivía en San Francisco y que se dedicaba a la rama de la mecánica que estudiaba la generación y transmisión de movimientos en sistemas automotrices; llegó la versión más depurada y sencilla. Tres rodillos con cinco símbolos cada uno. Uno de ellos era una campana (bell, en inglés) por lo que la máquina se conocía como Liberty Bell. La máquina de Bell fue un auténtico éxito y muchos emprendedores se animaron a imitar el ingenio de modo que no había local de ocio o tienda de tabaco o licores que no tuviera su maquinita tragamonedas.

Como quiera que en USA se legisló duramente en contra del juego y las apuestas en aquellos tiempos, la imaginación de los fabricantes propició la aparición de máquinas con el mismo funcionamiento pero que ofrecían de premio chicles, caramelos, puros… Aún este tipo de máquinas tuvieron sus problemas con la justicia, puesto que hubo sentencias que establecieron que aunque el premio no era en métalico, eran «gambling machines» o máquinas de apostar.

La electrónica cambió el interior y el exterior de estos ingenios para siempre a partir de la presentación en 1963 de la máquina de Bally, una compañía estadounidense (como veréis estamos ante un producto 100% USA) responsable de la conocida máquina de pinball. Había aparecido antes algún precedente de integración de la electrónica en su funcionamiento pero esta versión fue la que marcó el cambio. La principal consecuencia en la morfología de la máquina original es la desaparición paulatina de la palanca de accionamiento.

A partir de aquí todo era posible y la evolución de la máquina sobre todo en cuanto a efectos despegó por completo. El siguiente paso de modernización fue la integración de una pantalla de vídeo, había nacido la videotragaperras. Fue en 1976 y, como no podía ser de otra manera, en Las Vegas. A partir de ahí todo han sido mejoras: incorporación de una segunda pantalla, mejora en la calidad de la imagen… y por fin, la aparición de las tragaperras online, legales en España desde el año 2014 y operada por varias de nuestras salas de bingo online favoritas.

Con todo, el objetivo no ha variado: sea con palanca, con botón luminoso o con el ratón o la pantalla táctil de una tablet o un smartphone la misión es la misma: haz girar los rodillos y aguanta la respiración hasta que se detenga el último para ver tu combinación de símbolos y pescar tu premio. ¡Mucha suerte!


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