Historias sobre bingo podemos encontrar muchas, lo que ocurre es que hay nombres que se vinculan con un encanto especial a este juego, sin lugar a dudas. Jugar con un boleto en un bingo presencial u optar por la opción de jugar al bingo online. No importa cuál elijas, el objetivo siempre es el de ser ese agraciado al que le sonría la suerte y los números. Pero hay personajes a los que parece que la fortuna va buscando, dejando a otros con la miel en los labios. Y lo cierto es que todo se lo debemos a los números.
En este caso fueron seis las cifras que hicieron feliz a una curiosa estadounidense, que batió en 2017 un récord histórico en el bingo. La perfección del número seis, los poderes mágicos del número siete, el compromiso del número dieciséis, los fogones del número veintitrés, la religiosidad del número veintiséis, y la comodidad del número cuatro. Todo ello se unió en un mismo boleto para que Mavis Wanczyk se convirtiera por entonces en la persona en llevarse el premio individual más grande de la historia de Estados Unidos en bingo y que cambiara su vida.
El bingo Powerball fue el encargado de repartir un total de más de 758 millones de dólares a la agraciada mujer. Esta especie de juego es más parecido a la lotería, aunque también entremezcla factores parecidos a los que tiene el bingo. Una variedad que es muy conocida en el país americano y a la que juegan todas las semanas millones de jugadores, todos ellos con la esperanza de que la probabilidad de una entre 292 millones que hay de llevarse este bingo haga su efecto. Pero siempre tiene que haber un afortunado y esa fue Wanczyk.
La de Massachusetts llevaba trabajando en un hospital desde hacía 32 años, pero después de enterarse de la noticia decidió dejar su empleo. Precisamente una de las cosas que no recomiendan los expertos que hagamos cuando somos los ganadores de un boleto de lotería o de bingo. Pero la mujer no se lo pensó, después de saltar de alegría cuando vio que sus números eran los ganadores. Como suele ocurrir en estos casos, el cartón escogido contenía números especiales para ella, con un gran valor sentimental por tratarse de fechas de cumpleaños de miembros de su familia. Eso le valió el premio.
Mavis incluso dio una rueda de prensa en la que se le entregó un cheque gigante a cargo de la organización del bingo, con su nombre y la cantidad que había ganado. Lo primero que dijo que iba a hacer era pagar un coche que se había comprado justo un año antes, pero que había financiado para pagar en varios años. Y del resto no quiso dar muchos detalles, aunque lo que se pudo deducir es que viviría la vida al máximo y mejor que nunca. Con dinero en el bolsillo todo es posible, los sueños son posibles.
La estadounidense tuvo que elegir la forma de recibir el pago, ya que al ser tanto dinero es imposible que lo ingresen todo de una vez. De hecho, si decidía quedarse con todo de una, perdía parte de las ganancias. Esa también es la letra pequeña que muchos bingueros deciden poner detrás de un sorteo al uso de este juego. La otra forma es la de que anualmente fuera recibiendo dinero, lo que implicaba acabar de cobrar la cantidad dentro de 29 años. También se reservó para ella la decisión a este respecto y decidió poner su mejor cara ante los medios de comunicación.
Un bingo que de inicio ya tenía un premio bastante alto, pero cuya venta de cartones fue aumentando y eso hizo que el premio se incrementara. A medida que la cantidad subía, más y más personas veían la posibilidad de ganar un premio que fuera irrepetible. Se formaron grandes colas a lo largo de todo el país para poder adquirir un boleto. La fiebre por la celebración del bingo creció de forma exponencial y el resultado valió la pena para la ganadora. Una ganadora que fue única, lo que todavía implica tener más fortuna de lo normal.
En el bingo es habitual que varias personas cuenten con un boleto ganador al mismo tiempo. Algunas de ellas consiguen tachar muy pronto sus números e ir completando el cartón muy rápido. Pero aunque parezca que puedas estar muy por detrás de otros jugadores, lo cierto es que la buena racha de números puede llegar en cualquier momento. En Estados Unidos ya se había tenido que dividir un bote de más de 1.500 millones de dólares entre tres ganadores simultáneos, lo que les dio un premio de más de 500 millones a cada uno. Pero alcanzar los más de 750 para sí mismo son palabras mayores.
Al margen de ese premio principal también hubo otros premios secundarios que hicieron felices a más gente. Aunque no tanto como a Mavis, para todos valió la pena. Incluso uno de los agraciados decidió donar todo el premio obtenido a los más necesitados. Es lo que tiene el bingo, un juego familiar de los de antes y que despierta en las personas ese afán de solidaridad. Aunque haya jugadores muy ambiciosos, también los hay generosos y que saben cuándo jugar y cuándo toca hacer una buena acción. Gracias al bingo Powerball, todavía en Estados Unidos sigue habiendo millonarios por todo el país.
